Hoy en día la inseguridad ciudadana está en boca de todos. Sabemos que existen muchos problemas en nuestra ciudad y también existen muchas propuestas desde diferentes perspectivas. Aquí VeMás te explica cómo combatirla desde el urbanismo y la planificación urbana.
El problema actual:
Sabemos que nuestras ciudades están creciendo sin adecuados planes urbanos. Su crecimiento no contempla de forma holística aspectos de bienestar, seguridad, sostenibilidad, tráfico vehicular; entre otros factores críticos para la vida humana.
El déficit de áreas verdes públicas, escasez de servicios de agua, luz, así como congestión vehicular son factores que generan “guetos” y desigualdades. Estas, a su vez, se traducen en un incremento de inseguridad y aumento de oportunidades para delinquir.
Todo esto nos abre la oportunidad de hablar sobre cómo la planificación urbana influencia en mejorar la seguridad ciudadana – sin la necesidad de construir muros y barreras urbanas.
¿Cuáles son las causas de la inseguridad ciudadana?
Los factores que generan la oportunidad de delinquir son factores de percepción. Son los mismos que nosotros como peatones solemos tener como “factores de alerta”. Algunos de estos factores son, por ejemplo:
- Pocas personas en una calle.
- Mal estado de conservación de fachadas e infraestructura urbana.
- Mala iluminación.
- Existencia de muros perimétricos ciegos en más del 30% de la calle.
- Desperdicios y malos olores en las veredas, muros y/o calles.
- Deficiencia de mobiliario urbano (bancas, paraderoes, información, tachos, etc).
- Adecuada señalización y semaforiazación peatonal y vehicular.
Estos elementos que ayudan a un peatón o un delincuente a determinar si una calle genera la oportunidad de delinquir también nos indican si los vecinos y municipio cuidan su barrio. Por ello los delincuentes pueden dudar ante el riesgo de enfrentarse a una comunidad que se protege entre vecinos.
Soluciones a la inseguridad ciudadana desde el urbanismo
Muchos países han optado por encarar el desafío de la seguridad ciudadana desde la planificación urbana. París, Medellín, Nueva York y Manchester son algunos ejemplos de cómo un proyecto metropolitano puede impactar en las tasas de criminalidad.
Para Jane Jacobs, experta en urbanismo, el éxito de las grandes ciudades estribaba en la diversidad de usos combinado con el factor de la densidad para que los barrios no experimenten una paulatina decadencia.
Inspirada en la ciudad de Nueva York, su teoría era simple: a mayor concentración urbana, más ojos, más control y con ello menos crimen e inseguridad. Esta teoría data de 1961. Hoy en día la podríamos equiparar con los sistemas de video- vigilancia que se ubican en las aceras. Para Jacobs la prioridad no consistía en destruir las zonas problemáticas, sino más bien en considerar las zonas funcionales y aprender de ellas.
El caso de Manchester
La visión de Jacobs se aplicó en la ciudad de Manchester. En la década de los cincuenta la arquitectura urbana de esta ciudad incluía hacinamiento, edificios y jardines descuidados (situación que continuaba de la Revolución Industrial), la acción del gobierno tendía a eliminar estos barrios. Pero inintencionalmente se terminaban por crear zonas periféricas en dónde el delito era moneda corriente. Años después, esta metrópoli se reinventó sobre los siguientes elementos: la inclusión de parques y calles comerciales – con una conexión directa hacia el transporte público – y también la preservación de áreas conservadas (y sus edificios históricos) pero manteniendo la estructura edilicia de la modernidad.
París: el ejemplo histórico
La idea de la planificación urbana relacionada con asuntos de seguridad ciudadana no es nueva, algo que puede verse con la París del siglo XlX.
Durante la presidencia y posterior imperio de Napoleón lll Bonaparte (1852-1870) la ciudad luz era todavía medieval. El hacinamiento, las enfermedades y el hambre era algo muy habitual. Cuando la situación se tornaba límite, comenzaban las grandes revueltas contra el gobierno y con ello la proliferación de los delitos. El Barón Haussmann fue el encargado de diseñar la París moderna. Esta incluía un nuevo trazado urbano: bulevares, avenidas, plazas, alcantarillado, e iluminación. En corto tiempo permitieron el control efectivo de las tropas gubernamentales. Por ello, años más tarde la capital francesa fue catalogada como una de las ciudades más bellas del mundo.
Medellín: La Ciudad Resiliente
Ya en la actualidad, un término recientemente utilizado en el ámbito académico es el de “Ciudad Resiliente”. Este concepto hace referencia a la capacidad de una metrópoli para recuperarse pronto de los impactos que sufre el sistema y contribuir así a una mejora en la calidad de vida de sus ciudadanos. De esta forma, ONU- Hábitat destaca un conjunto de ciudades que son un ejemplo sobre urbanismo. Dentro de estas, sobresale la ciudad de Medellín.
Esta ciudad implementó una acertada política: Por un lado, integró sus principales medios de transporte. Además, permitió que los ciudadanos que se encontraban en las zonas más postergadas tuvieran un acceso más ágil hacia el epicentro urbano.
Estas medidas, sumadas a la construcción de centros educativos, sociales y bibliotecas redujeron la tasa de homicidios. En el período 2012- 2015 la ciudad experimentó una baja del 66% en el índice de homicidios. Sin embargo, cabe destacar que este 2018 ha comenzado con un aumento significativo de este índice con respecto al año anterior.
Arreglando los vidrios rotos
El Gobierno de Medellín tomó nota de una revolucionaria teoría que se instaló en Nueva York a principio de los setenta. La “Teoría de las Ventanas Rotas” enseñó a los medellinenses que incluso una pequeña transgresión del derecho, daría la imagen de un lugar “sin ley”. Esto, a su vez, crearía las condiciones para que prosperasen delitos más graves. Por esta razón, cada vez que un vagón de metro aparecía pintado o rayado, este mismo era mandado a reparar de inmediato.