Continuando con una serie de entrevistas sobre el desempeño de la actual gestión metropolitana, Ciudad+ conversó con Luis Rodríguez de CONURB. Le consultamos cuál sería su balance sobre la Gestión Muñoz, tomando en cuenta cómo recibió la Municipalidad, y cuáles considera que son sus principales aciertos y desaciertos. Aquí la entrevista.
¿Cómo recibió la Gestión de Jorge Muñoz la Municipalidad de Lima?
“Creo que Muñoz recibe un municipio un poco desgastado por un largo período de Castañeda, con el interludio de Susana Villarán. Y al final fue una pérdida para Lima: ambos estuvieron permanentemente más preocupados de lo que había hecho el otro y cómo desmontarlo o desprestigiarlo, más que es lo que había hecho el otro.
La gestión de Castañeda tuvo muy malas decisiones, pero hay que reconocer que su primer período con el Metropolitano, los Hospitales de la Solidaridad y las escaleras fue muy potente. Generó mucha expectativa. Se pensó que abordaría problemas que habían sido largamente descuidados. Pero a partir de ahí comenzó a ir mal, y las decisiones que se tomaron no fueron las mejores.
De ahí la siguiente sesión se dedicó mucho a investigar lo que había hecho Castañeda, y demoró mucho con la ejecución de algunos planes como Barrio Mío y la Reforma de Transporte; y al final Castañeda regresó y comenzó a desmantelar lo que se había hecho. Entonces hemos tenido 10 años de idas y vueltas, y ese es el panorama que encontró Muñoz: un municipio casi en cero, desprestigiado, con denuncias y endeudado. Definitivamente no es el mejor escenario. Allí Muñoz hizo bien en no entrar en el mismo juego y entrar en la inercia de denunciar el anterior, sino entrar a armar algo con lo que había.
Balance de la Gestión Muñoz
“El principal problema con esta gestión es quizás un fuerte problema de lectura de prioridades. Me da la impresión que Muñoz ha dejado encargado todo el aspecto urbanístico de la gestión a su teniente alcalde, Miguel Romero Sotelo, quien es un destacado urbanista; mientras él ha dirigido todo lo relacionado con ciudadanía / gobernanza, que son temas que le interesan personalmente.
Esto fue algo que destacó de su gestión en Miraflores, aunque aplicar estas mismas dinámicas en la Municipalidad de Lima es muy diferente. No es ya una escala distrital donde tienes llegada a juntas vecinales. Aún no se han visto muchos resultados en ese aspecto, y por el contrario, a muchos les da la impresión que todo el aspecto urbano ha sido dejado de lado, cuando es quizás el más crítico de la ciudad. El transporte urbano parece haber sido completamente relegado a la ATU, la atención a los barrios marginales de Lima parece no tenerse en cuenta… Todo esto da la impresión que se necesita mayor liderazgo en la parte urbana.
Yo personalmente tenía altas expectativas en esta gestión. El trabajo que hizo Muñoz y su equipo en Miraflores fue bueno e integral, donde lo técnico y la protección de la calidad de vida parecían ser el norte. No solo se preocuparon de temas puntuales, sino que vieron y atacaron problemas de fondo. Por ello, fue una sorpresa que la gestión de la Municipalidad de Lima no haya priorizado la problemática urbana.”
Desafíos para el urbanismo
“Actualmente hay un gran problema con el mercado informal de terrenos. Los estudios de los últimos cinco años, como el de GRADE, demuestran que el Estado gasta un montón de dinero en temas urbanos, como subenciones de redes de agua y desagües, espacios públicos y vivienda; y que ese gasto paradójicamente incentiva la informalidad. Así un desarrollador informal vende un lote tizado – que no le cuesta nada – y vende la expectativa que el estado va a venir, armar la habilitación urbana, y luego te va a dar parte de la vivienda. Así, el mismo estado incentiva la informalidad , y que los montos que se invierten y gastan bastante en viviendas, en un gasto que asciende casi al 100% del precio de los nuevos inmuebles.
Por ello, se necesita reorientar las políticas urbanas y de vivienda, para que los propios esfuerzos puedan orientarse hacia la creación de vivienda social formal.
Por otro lado, existe un gran debate en los últimos años en Lima, sobre cómo debería de ser la gobernanza de la ciudad. Para muchos urbanistas deberían de desaparecer las municipalidades distritales, o al menos limitar su poder para que no se interpongan en temas como el transporte público u otros de nivel metropolitano. Sin embargo, mal que bien, las municipalidades distritales son un espacio en donde los vecinos pueden interactuar con sus autoridades y ser escuchados. Por ello, más que eliminarlas creo que amerita un análisis más fino sobre qué atribuciones de estas municipalidades pueden mantenerse y cuáles necesitan modificarse.
Ahora se ha introducido con más fuerza todo lo relacionado con las mancomunidades, y esto es interesante, ya que permitiría la creación de instancias supradistritales para mejorar la gestión de la ciudad.”