La ciudad el siglo XXI, presenta un problema urbano distinto al del siglo XIX. Sí, la ciudad actual se presenta dispersa, fragmentada y privada. (Borja y Muxi, 2000) Ya en siglo XX, Jane Jacobs (1986) propone una ciudad con una “complejidad organizada”, complejidad que se había perdido por la zonificación funcional. Como respuesta a esta sociedad actual se plantea el Urbanismo Ecológico. Este consiste, en primer lugar, en proyectar la ciudad en tres planos: el urbanismo en altura, en superficie y el subterráneo. Con estos tres planos, se busca la formación de una ciudad compacta, compleja, eficiente y con cohesión social.
En este contexto, se plantea la supermanzana como la nueva unidad configuradora de la ciudad, que consiste en un sistema de manzanas que en conjunto no supere los 400ml, que es una distancia que es pertinente para ir de pie. Así, el primer principio de esta unidad es impedir la circulación del vehículo en su interior. Se definen a las supermanzanas como espacios de velocidad restringida, no mayor de 10km/hr, se desacelera las vías para no competir con el flujo a pie. Junto con esto, se establece una red diferenciada intermodal. De esta forma, se define la periferia de la unidad con vías básicas vehiculares y de transporte público; mientras que en el interior se jerarquiza el caminar. Con este modelo, se busca aumentar el porcentaje vial peatonal hasta un 75% y reducir el vehicular a un 25%, devolviendo la ciudad a los ciudadanos.
En cuanto al espacio público, en la supermanzana se plantea el diseño en torno a variables físicas como la temperatura, asolamiento, sombra, ruido; y a variables socioeconómicas como seguridad viaria y ciudadana, accesibilidad, variedad funcional, etc.
Uno de los ejes principales del modelo de supermanzana es reestablecer el equilibrio entre lo construido y lo abierto; es decir, entre los espacios aislados y los espacios de estancia, que son lugares públicos que posibiliten la interacción sin dificultar el tránsito por lo que se definen de un ancho no menor a 5 metros.
Dentro de este marco, la Agencia de Ecología Urbana de Barcelona con dirección de Salvador Rueda crea el Plan Especial de Indicadores de Sostenibilidad Ambiental de la Actividad Urbanística de Sevilla cuyo objetivo es el desarrollo de un sistema de indicadores a nivel estatal que orienta el proceso de planificación urbanística siguiendo el modelo de ciudad compacta, compleja, eficiente y con cohesión social. Con esto, se busca cumplir con los principios de eficiencia y habitabilidad urbana.
¿Cómo medir la aplicación del Urbanismo Ecológico?
De esta forma, con este sistema, se busca armar una herramienta que permita medir el grado de sostenibilidad en cualquier municipio de España que esté dentro del marco de criterios.
Los indicadores se organizan en 7 grupos:
- Ocupación del suelo
- Espacio Público
- Movilidad
- Diversidad de Usos y funciones urbanas
- Biodiversidad
- Metabolismo
- Cohesión Social
Estos constituyen los restrictores. Además, estos a su vez, se organizan en 4 ejes del modelo de ciudad:
- Compacidad (Ocupación del suelo, espacio público y movilidad)
- Complejidad (Diversidad de usos y funciones urbanas y Biodiversidad)
- Eficiencia (Metabolismo)
- Cohesión Social
A partir de estos indicadores, se pueden evaluar tanto nuevos proyectos urbanos de desarrollo como transformaciones de ciudad consolidada.
Este planteamiento, se resume en 4 ejes: la eficiencia, la compacidad de las ciudades, la complejidad urbana y la cohesión social. De esta forma, se busca que la normativa sea una herramienta de diseño sensible e inteligente; el cual sirve tanto para analizar y medir el avance de la ciudad como para diseñar ciudades más complejas, más dinámicas y más conectadas con sus comunidades.
Dentro de VeMás, creemos fervientemente en el análisis urbano como parte importante dentro de los estudios con la finalidad de mejorar el producto inmobiliario. Es una herramienta flexible que puede usarse tanto en etapas preliminares para la definición del producto como en etapas posteriores como palanca de ventas. Además, y sobre todo, creemos que la sinergia entre unidad proyecto y la ciudad es fundamental para que ambos avancen y se retroalimenten.
Así como el ser humano no es una isla porque es un ser social por naturaleza, el proyecto no es más que un hilo dentro de este tejido urbano.
Bibliografía:
Borja, J., & Muxí, Z. (2003). El espacio público: ciudad y ciudadanía. Barcelona: Electa.
Jacobs, J. (1961). Muerte y vida de las grandes ciudades. New York: A.A. Knopf
Rueda, S. (2012). Calidad urbana y calidad de vida. En S. Rueda (Director) Modelos urbanos y sostenibilidad, Barcelona.
Rueda, S. (2011). Las supermanzanas: reinventando el espacio público, reinventando la ciudad. Recuperado de http://dialnet.unirioja.es/servlet/oaiart?codigo=3829343
Rueda, S. (marzo 2005). Modelos de ordenación del territorio más sostenibles. En Hernández. (Edición y coordinación) La sostenibilidad en el proyecto arquitectónico y urbanístico Madrid: IAU+S.
Rueda, S. (2008). El urbanismo ecológico. Recuperado de http://urban-e.aq.upm.es/articulos/ver/el-urbanismo-ecol-gico/completo
Rueda, S. (2009). El urbanismo ecológico: Un nuevo urbanismo para abordar los retos de la sociedad actual. Recuperado de http://urban-e.aq.upm.es/articulos/ver/el-urbanismo-ecol-gico/completo