Las ciudades producen la mayor cantidad de contaminación a nivel mundial, se estima que el proceso y materiales de la construcción generan el 47% de la contaminación producida por los seres humanos. Asimismo, se estima que para el 2050 el 70% de la población vivirá en centros urbanos generando un incremento en la producción de monóxido de carbono del 70%; lo cual conllevará a incrementos de temperatura de hasta 6°, pérdida de la biodiversidad y mayores niveles de contaminación del aire.
En el Perú, los centros urbanos se encuentran en crecimiento sin planificación adecuada, como consecuencia vemos cómo se contaminan ríos y lagos, cómo avanza la deforestación, las ciudades sufren las consecuencias de eventos climáticos, eventos geológicos y cómo surgen problemas sociales con altos costos generando barreras de desarrollo.
Dentro de esta reflexión, surgen muchas preguntas respecto a la planificación urbana, políticas de desarrollo e inversiones responsables para mitigar el impacto que generamos y lograr ciudades sostenibles para nuestros hijos, sin embargo, queremos enfocarnos en una escala pequeña que genera un impacto a nivel ciudad: las inversiones inmobiliarias para proyectos de vivienda y comercio dentro de la ciudad, y en la relación del sector privado y público para el beneficio de todos los ciudadanos.
¿Por qué nos enfocamos en proyectos de inversión de pequeña escala para resolver un problema tan grande y global como la contaminación?
Comenzando con que en una ciudad promedio del Perú más del 70% del suelo urbano es residencial de media y baja densidad, en estas zonas los lotes son relativamente pequeños (con áreas menores de 450 m2) que albergan entre 1 a 5 familias. Dentro de estos lotes existen 2 modalidades de crecimiento según lo acostumbrado:
- Autoconstruir hasta llegar a convertirse en edificios residenciales de 5 o 7 pisos
- Inversiones inmobiliarias de empresas pequeñas
En ambos casos, lo correcto es realizar un proyecto y obra con las licencias municipales respectivas, obligando a las personas a cumplir con parámetros y normativas que garantizan cierto estándar de vida y seguridad. De esta manera, muchas casas poco a poco han ido y se están convirtiendo en edificios multifamiliares generando que se multiplique la densidad en sectores de la ciudad que no cuentan con la cantidad de parques o vías de acceso adecuados para recibir la nueva población. También multiplica la producción de desperdicios, CO2, aumenta la demanda de carga energética, consumo de agua y generación de desagüe mientras que las municipalidades deben evaluar cómo mitigar los efectos negativos e intentar generar impactos positivos creando medidas y exigencias que incentiven a la inversión privada a su vez que mejora la calidad del espacio público.
Históricamente hemos evaluado el mercado inmobiliario y sabemos que más del 90% de los proyectos desarrollados por inmobiliarias en Lima Metropolitana se construyen sobre lotes menores a 600 m2, con menos de 20 unidades de vivienda. Con estos datos podemos interpolar y proyectar a futuro la cantidad de proyectos de pequeña escala que ingresarán al mercado en los próximos años e imaginar o soñar un poco sobre los impactos positivos que pueden tener si se realizan las ordenanzas adecuadas pero antes debemos preguntarnos:
¿Cuáles deben ser los beneficios municipales para fomentar el desarrollo de vivienda verde en búsqueda de una comuna sostenible?
COMO MUNICIPALIDAD
- Incrementar la densidad y/o reducir áreas mínimas normativas en sectores donde las exigencias se encuentran sobre los 100 m2
- Reducir la exigencia de estacionamientos
- Desincentivar o prohibir el uso de cercos perimétricos
- Buscar invertir en tecnología para sistemas de ahorro y generación de energías renovables.
- Incentivar la generación de techos verdes (50% del área de azotea) con plantas que capten CO2 y generen O2.
- Incentivar la utilización de materiales eco-amigables, ya sea para la construcción o acabados, como por ejemplo pintura fotocatalítica.
- General reconocimientos, como un anual al mejor proyecto de vivienda verde (por escalas/categorías), para incentivar el uso de las normativas verdes.
- Avalar a los proyectos de edificación verde para obtener préstamos bancarios.
COMO COMUNA
- Tener derecho de decisión para no verse afectado por el incremento de metros cuadrados construidos en sus urbanizaciones
- Incremento de los retiros frontales como espacio verde para una mejor calidad de espacio urbano.
- Vigilancia y control para que no se efectúen construcciones de mayor cantidad de pisos
- Incentivar el reciclaje dentro de los edificios generando espacios adecuados
- Fomentar la generación de estacionamientos de bicicleta en retiros frontales
- Incentivar la reutilización de aguas servidas mediante plantas de tratamiento de agua
- Dar incentivos a plantar plantas y/o árboles en los retiros frontales (adecuados al contexto para evitar uso excesivo de agua) buscando a generación de sombras y captación de CO2
- Incentivar el riego tecnificado.
- Reducción de impuestos prediales, como bonos por comportamientos verdes.
- Exigir a los municipios, ordenanzas “verdes” aplicables a edificaciones existentes.
- Etiquetado, auditorias
Tan solo de imaginar que Lima Metropolitana tiene 2.672 miles de millones de metros cuadrados y que tan solo el 15% de los terrenos pequeños empiecen por crear los techos verdes y generar retiros frontales proyectamos que podrían crearse más de 140,180,000 metros cuadrados de área verde equivalente a 43.8 Central Park de área verde nueva dentro de la ciudad. Las edificaciones verdes visto desde el punto urbano, ayudan a atenuar los grandes retos sociales y ambientales resultantes de un crecimiento no proyectado que solo ha generado contaminación, pobreza y desigualdad social.
Parece difícil de comprender, pero las experiencias de construcciones verdes han tenido impactos positivos a nivel mundial, tanto en los usuarios como en su entorno inmediato. Para esto es necesario el trabajo conjunto tanto municipal, de la empresa privada y de la comuna para promover, exigir y seguir una normativa que a corto y largo plazo beneficia a la ciudad integralmente.
El artículo es una colaboración de VeMás con el Arq. César Montes de la empresa Akhelima Ecoarquitectura